Un día en la Tierra

Hoy que el mundo despierta con una crisis que parece arrastrarnos a todos como una hiperbólica ola de papel verde que se va por el drenaje de una papelera de reciclaje virtual sin que ningún poder humano pueda hacer nada para salvarle, yo tengo roto el corazón.

Así es la vida: mi ciudad sufre del endémico catarro del tráfico desmedido; mientras tanto José María Aznar (que por cierto hoy me parece aún más increíble que haya sido el presidente de un país al que, supongo, todos los mexicamos estimamos y respetamos tanto: España) promueve la contaminación y proclama que el calentamiento global, para nada, está siendo provocado por la actividad humana; Obama al fin pone manos a la obra (con relación al cambio climático) y designa a Todd Stern enviado especial para asuntos climáticos; y por supuesto, la interminable y ya insoportable "lucha contra el narco" que cada día deja más y más muertos en este bello pero tremendo país.

Pues sí hermanos míos, en este día bombardeado de terror y belleza en el que me despierto temprano, preparo unos huevos y un delicioso café veracruzano, lo único que puedo sentir es pesadumbre. Sin embargo la esperanza es dulce y el futuro promente, por lo tanto hay que levantar la cabeza leer, ver, escuchar, sentir y pensar y que el mundo sea para vivirlo.