jueves, 26 de febrero de 2009

Viernes de Recomendaciones

Título: Sex, Lies and Videotape (Sexo, Mentiras y Videocaset)
Director: Steven Soderbergh
Guión: Steven Soderbergh
Director de Fotografía: Walt Loyd
Producción: John Harey
Música: Clif Martinez
Reparto: James Spader, Andie MacDowell, Peter Gallagher, Laura San Giacomo
Año: 1989
Duración: 100 min.



Ahora que estará la nueva película de Steven Soderbergh, Che El Argentino, en el Cineforo de la Universidad de Guadalajara presentándose por primera vez en la ciudad, me pareció oportuno revisar su primer filme.

Sex, Lies & Videotape es verdaderamente una obra maestra, un filme que mantiene una cordura y balance extraordinarios de inicio a fin. Ann, una mujer profundamente perturbada por sus prejuicios sexuales y su frigidez inexplicable decide dejar de tener relaciones sexuales con John su esposo, quien se acuesta con Cinthya, la hermana de Ann, una mujer aparentemente excéntrica y despreocupada. Graham, antiguo amigo de John ha llega a la ciudad, se hospeda algunos días en casa del matrimonio, al poco tiempo decide mudarse para vivir en un departamento. Es un hombre misterioso que compensa su impotencia sexual con un fetiche inusual y el elemento extraño que provoca el cataclismo ya eminentente en la vida de los demás personajes.

La narración expone los problemas que surgen por la frustración y la decadencia de las relaciones humanas basadas en mentiras y prejuicios. De alguna forma todos los personajes se mienten los unos a los otros pero se justifican a sí mismos de manera absurda. La institución matrimonial es cuestionada tremendamente y los cánones culturales y sistemáticos se convierten en los conductores de la ruina que alcanza cada personaje en algún punto de la historia.

Es un crudo retrato de la decadencia del ciudadano promedio lleno de miedos y culpas que acude al psiquiatra para tratarse obsesiones absurdas, transtornado por la ansiedad de vivir atado a una vida absolutamente predecible y llena de certeza aburrida, aferrado a la absoluta necesidad de encontrar un confidente que se convierte en un cómplice morboso, un confidente irremplazable y el causante premeditado del desenlace trágico.

El videocaset se instituye como en el instrumento perfecto para desbordar y registrar el patetismo contenido en cada uno de los personajes, es un fetiche pero a la vez es un reflejo tangible de la incapacidad de estos hombres y mujeres para concebirse a sí mismos como individuos y confirmar la soledad intrínseca que experimenta el ser humano.

Soderbergh utiliza de manera brillante una vasta cantidad de herramientas del lenguaje cinematográfico que le dan a la historia un sustento narrativo inusitado. Sin duda una obra necesaria y exquisita, llena de genio y sorpresa.

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