martes, 3 de marzo de 2009

Sobre lo susceptible del alma humana..

Cuando cae la primera nieve, el primer día que se va en trineo, gusta ver el suelo blanco, los techos blancos, se respira con suavidad y deleite, y es entonces cuando se recuerdan los años mozos. Los tilos y abedules viejos, blancos de escarcha, tienen una expresión benevolente, están más cerca de nuestro espíritu que los cipreses y las palmeras, y junto a ellos no se siente el deseo de pensar en las montañas y el mar.

(Anton Chéjov)

No hay comentarios:

Publicar un comentario